15 octubre 2011

Una más de mis amigos de Barclays

Es que me tienen hasta el gorro, de verdad os lo digo. Es que no hacen una a derechas los pobres. Ahora me reclaman una comisión que me están aplicando indebidamente –porque mi cuenta se abrió totalmente exenta de ellas- y que desconocía porque deben haber cambiado de cartero y la correspondencia no me llega a casa desde hace la tira. Sólo tengo un consejo que daros: NUNCA contratéis nada con Barclays porque es un grandísimo error. Te harán la vida imposible, te harán pagar por sus errores, te reclamarán por su incompetencia documentos que ya has enviado y cantidades que nunca debieron cobrarte… Vamos, como si pusieran al más negado de los operarios como jefe. Ahora que lo pienso, esto ya lo he vivido yo antes, y se llamaba Pilar  ;oPPPPP

En fin, que creo que se trata de una prueba kármica, a ver cuánto resisto. También como en el caso anterior, donde ya dije que el número de gilipollas por metro cuadrado era impresionante. Después de tantos años de experiencia laboral, tantas empresas y tanta gente llegas a una conclusión, que es inevitable y en toda oficina, local o puesto hay siempre un gilipollas. Por estadística, toca. Ahora, que tuviera a esta colega que se pasaba el día chillando y que te explicaba cosas de trabajo mientras se quitaba las botas para colocarse los calcetines, todo ello en medio de la oficina, a su jefa que era del mismo corte (así se entendían tan bien), a la otra abogada que no sabía leer, a los boca chancla que a todo el mundo le organizaban la vida y luego cuando había que hablar agachaban las orejas y corrían a lamerle las botas a las histéricas aquéllas… En fin, que si no hubiera sido por el ejemplo de mis colegas –SuperYoli, Josete, Sonia, Sergio, Paula…- no hubiera durado más de una semana allí. No por nada en particular, sino porque tengo mala tolerancia a la estupidez ajena  ;o))) Pero ¿veis?, esto me sirve para hacerme mejor persona, conseguí llevarlo sin que me afectara durante bastantes meses y luego me despidió la Pili, mi nada añorada y despreciable jefecilla, porque yo no accedía a lamerle los genitales como prueba de sumisión. Qué vida ésta, menos mal que yo lo enfoco con filosofía.

En fin, que sólo tengo un resumen: incompetentes, inútiles, escorias humanas y gentuza varia, hacednos un favor a todos y NO OCUPEIS PUESTOS EN LOS QUE HAYA QUE RELACIONARSE CON OTRAS PERSONAS. Personalmente os recomiendo el internamiento en alguna institución especializada, o, si queréis un remedio definitivo, que acabéis con vuestra miseria como se hacía antes con un caballo cojo.

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