Ayer por fin conseguí ir al concierto de Rojas :o)))) Dejando aparte que ya me veo un poco mayor para el fenómeno fan, que ya no lo vivo todo con aquella intensidad agotadora y que es bastante difícil impresionarme, tengo que decir que me gustó mucho. Pero mucho, mucho.
Para empezar, es un chico sencillo que lo pasa fatal cuando tiene que hablar en público. Cuando canta se crece, no se le escapa ni una nota al tío, pero llega el momento de dirigirse al respetable y le entra un corte... Eso es buena señal. Significa que todavía no han conseguido picardearle, que le preocupa más la música en sí misma que el espectáculo. Por otra parte, oirle cantar en directo es como escuchar el disco pero en vivo, cosa harto infrecuente entre los cantantes de ahora y de siempre, máxime si consideramos que éste no era un concierto acústico, sino minimalista: el autor y su guitarra, en un espacio tan pequeño que uno no se puede ocultar. Impresionante. Cómo canta, y qué majo es.
Nos dijo que, por puro protocolo, se tenía que marchar del escenario y que si nos lo currábamos, volvía y nos cantaba más cosas. Lo tuvimos así DOS HORAS. Cantó durante 120 minutos, nada menos, con dos bises incluidos. Se nota que es lo que más le gusta en el mundo :o)))
Al terminar el concierto, lo acorralé al pobre para que me firmara un autógrafo para mis chicos, que mi niña es superfan y a mi pollo le sentó como un tiro no poder ir, pero es que un lunes hasta las 12 y pico no hay cuerpo madrugador que lo resista, Me lo dedicó encantado :o))))))
En fin, decía que lo abordé... el que me conoce un poco sabe que soy bastante arisca, y lo de dar besos y abrazos lo practico con cuentagotas y sólo a los intimísimos... pues llega este cachito de pan que se llama Rojas, me agarra por la cintura y me planta dos besos. O lo que es lo mismo, que encima es cercano. Venciendo la inercia de apartarme un metro, le conté lo mucho que ha influido en la seguridad vial madrileña, concretamente de la zona norte, flipó tanto que me preguntó cómo era eso, y le expliqué que al sacarme el carné, iba yo feliz con mi L conduciendo por esas calles y carreteras de España con su disco sonando, y al llegar a esa canción que tiene (A mí no me tosan) donde dice "No hay que joder a los demás, hay que tener en cuenta a los que vienen detrás", decía yo "¡COÑO, LOS RETROVISORES!", y es que llevaba igual un cuarto de hora sin mirarlos ;o)) Se rió a carcajadas (debió pernsar que era una broma y todo), se le pasó el corte un poco, le di un par de consejitos para superar el miedo a hablar en público -porque si de algo puedo yo aconsejar es sobre cómo hablar durante horas haya quien haya delante- y me volvió a dar dos besos. Con lo vergonzoso que es, el pobre. Además de ser un cantante muy perfeccionista, me recuerda un montón a mi hermano en lo buenazo que es.
Así que aquí estoy, compartiendo la experiencia con vosotros., además de animaros muy vivamente a que vayáis a verle, cada uno en la ciudad que le quede más cerca. Va por ti, Rojas, que eres un Sol :oDDD
La vida hoy es absolutamente maravillosa ;o)
No hay comentarios:
Publicar un comentario