Seguro que no me habáis echado de menos si vuestras Navidades han sido como las mías: un trajín. No es que me gusten especialmente estas fiestas, pero este año he sobrevivido con mejor humor que otros, aunque he llegado a algunas conclusiones:
- Que la gente es lo peor. Lo que hemos visto este tiempo último no lo habíamos visto nunca: un niño (bien vestido) que le robaba la comida a mi hija en el restaurante de un centro de ocio, y cuya madre se lo lleva ofendida y sin pedir disculpas siquiera cuando yo estaba a punto de darle un sopapo después de tres avisos; una mujer que va a un concierto de música clásica con sus hijas y no para de hablar en toda la tarde, que para colmo le dices que se callen educadamente y te dice que sus hijas tienen derecho a hablar!! Estamos llegando a un punto en que a la mayoría de los padres habría que hacerles replantearse no la educación que están dando a sus hijos, sino la suya propia. ¿Qué nos hemos criado, en una porqueriza todos?
- No soporto las masas. A este respecto siempre lo he tenido claro, pero este periodo vacacional en concreto, más. Se nos ocurrió llevar a la niña a la Puerta del Sol para ver los belenes, y recorridos 15 metros (aunque en verdad no había demasiada gente por la calle para la zona que es) tuvimos que subirla a hombros porque estaba muy dispuesta a darle una buena bofetada al que se le ocurriera empujarla o pisarla. Me cagon diez, que a mi hija no le pasa nadie por encima >>>:o(((( La gente cuando se reune se comporta como ganado, y como tal hay que tratarlo para que te abran paso, no digo más.
- La vida es especialmente maravillosa en Navidad, porque si de ordinario te encuentras un montón de curiosos apostados en los estantes que no te dejan comprar a ti, que sí sabes lo que quieres, en estas fechas tan entrañables se multiplica el fenómeno por cinco. Cómo me gustan las multitudes, ¿lo he dicho ya?
Feliz reincorporación a todos!! ;o)))
2 comentarios:
Hola y buen regreso :-)
Tus comentarios acerca de los padres me recuerdan a cuando ellos le reclaman a la escuela porque ésta no "educa" a sus hijos. Cuando en realidad la escuela lo que brinda es instrucción y la educación debería venir desde la casa...
Pero en fin, últimamente el famoso espíritu navideño es cosa de las películas. En la vida real, tanto para aparcar como para hacer compras o ir a un espectáculo, la gente parece una manada de lobos disputándose su "trozo" de alegría!
Saludos
Y nunca mejor dicho! Deberías ver a la gente peleándose por los caramelos que tiran desde las carrozas en la Cabalgata de Reyes... ni que fueran de oro, es que se tiran como fieras! Quién nos ha visto y quién nos ve :o/
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