¿Le habéis echado alguna vez un vistazo a esta obra maestra? El señor Huxley en el año 1932 se inventa al buen salvaje, que por cierto le sale un pelín paleocristiano, al inadaptado social danés -y esto es un modelo real- y a la mujer perfecta, idealización de un cuerpo hinchado por las partes que convienen, siempre joven, permanentemente accesible y vacío. Desprovisto de toda capacidad de ser individualmente considerado, incluso por sí mismo. ¿Esto no es el Lemon Pie americano? ¿La mujer de merengue con el pelo rubio sin más trasfondo que el reflejo de la Visa Platino de su maduro compañero sexual en los ojos?
Y el pobre John que acaba tan mal por querer resisitir casto a los ofrecimientos de la chica... Yo me la hubiera tirado a la primera de cambio, y a otra cosa, mariposa. Es que se ve que le gustaba sufrir. Hay quien dice que se acuesta con ella, yo creo que no. Que sencillamente sucumbió a sus deseos, pero no hasta el punto de consumar el acto vergonzante de hacer el amor -porque está loco por ella- con la mujer a la que ama sin matrimonio de por medio.
Y pensar que aún hay gente así... En algunos casos, la realidad supera a la ficción. Y si no, ¿cómo se explica que hayan beatificado a Escrivá de Balaguer? Conste que no pongo el vínculo a propósito porque paso de darle publicidad a este señor y sus acólitos tanto como de comer cangrejos. He dicho.
Qué buen libro y qué mal rato he pasado ;oP Pero sarna con gusto no pica.
22 octubre 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario