22 octubre 2007

Recogiendo el testigo...

... que me ofrece Óscar, sinceramente tengo que decir que no me acuerdo. ¿No era de Marguerite Yourcenar la cita "Para una mujer el más importante no es el primero, sino el último"? Pues más o menos eso pienso yo, que las primeras veces siempre son un poco frustrantes, así que prefiero quedarme con las últimas ;o)

Pero por complacerte, querido amigo, voy a hacer un poco de memoria.

Madrid, mayo del 98. Una joven secretaria se enfrenta con su primer cargo de responsabilidad, nada menos que asistente personal del Director Financiero y del Presidente de la compañía. Por otra parte, las únicas personas que había en la oficina ;oP Hay que decir que era una empresa muy moderna en la cosa laboral y que trabajaban con muchos intermediarios freelance, además de con otras oficinas semi autónomas, por lo que yo me pasaba días enteros al timón del barco y sin ver alma alguna. En esas circunstancias fue cuando me metí a curiosear por la red, que entonces no era ni de lejos lo que es hoy, y casi de las primeras cosas que hice fue conectarme al chat de microsoft, donde encontré mucha gente de todo tipo, y algunos buenos amigos. Prácticamente en un par de semanas me hice con un nombre conocido en varios salones, me hicieron @P, empezamos a hacer quedadas... Las primeras fueron un desastre, pero a partir de la tercera me lo empecé a pasar muy bien, porque yo -todo el que me conoce lo sabe- soy el alma de la fiesta. La gente alucinaba conmigo porque decían que era exactamente igual que en el chat, lo que por lo visto es rarísimo. Se ve que la gente se inventa un personaje para sí mismo, como un papel de película; unos lo hacen por suplir las carencias de sus vidas presentes, otros para cumplir el sueño de lo que les gustaría ser o cómo querrían que fuera su persona, su físico, su edad, su trayectoria profesional. Sea como fuere, yo no necesito nada que no esté ya en mi guión, bastantes emociones tengo ya en mi vida para inventarme más, y siempre me he parecido bien tal y como estaba, así que soy de las que no mienten. Esto va a ser un choque emocional terrible para la gente, pero puedo confirmar la leyenda urbana: sí, soy yo, la que no se cambiaba el sexo ni la edad ni mandaba fotos falsas ;o)))

Y así las cosas me metí a ayudar, porque mi vocación es muy grande, hasta que -vaya premonición- una intriga palaciega entre los jerifaltes del salón me llevó a cargar con culpas ajenas y fui expulsada del Canal Templario. Yo, el prototipo del soldado leal. Y con el resto de canales seguí en contacto por algún tiempo, pero a mi novio de entonces (y mi actual marido) todo aquello de las quedadas y los líos entre la gente del chat le parecía un puterío, y con razón porque bastante de eso había, así que me casé, organicé y protagonicé la última gran quedada de la que tengo conocimiento, y hasta hoy. De eso va a hacer 9 años.

¿Qué os parece? Echando la vista atrás siempre se me presenta la misma inquietud: aún no he conocido nada que me enganche mucho tiempo, y supongo que eso no es bueno porque soy mortal y tengo debilidades. Ni bebo alcohol, ni fumo, ni me voy con hombres malos, ni me gusta el juego, no he tomado drogas nunca, no me gusta el café... ¿Os dais cuenta? ¿A que es inquietante? ¡Algo tiene que haber! Si es que todo el mundo me lo dice y van a tener razón: soy muuuuuuuy rara ;oPP

Bueno chicos, gracias a Óscar hemos abierto una interesante línea de diálogo que yo me propongo extenderos. ¿Cómo fue vuestra primera vez?

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