24 septiembre 2007

No tengo paciencia

Pues sí. A poco observadores que seais ya lo habreis descubierto. Pongo el título del artículo lo primero, y que luego salga lo que quiera. No soporto mucho tiempo que me ronden, o que me acosen en busca de faltas, y saco las patas por alto a la primera de cambio. Generalmente esto sucede un par de meses antes de lo aconsejado, pero como no tengo costumbre de esperar nunca sé cuándo es el momento bueno ;o)

Esto responde -a estas alturas ya no creo que os pregunteis a qué viene lo de hoy, pero yo lo cuento siempre- a que me estoy leyendo un libro, y es bastante malo. Vamos, que entre que la trama discurre más lento que el caballo de los malos y que los diálogos se repiten más que el ajo, me tienen ya negra. O el autor estaba en horas bajas o es que nos ha querido torturar deliberadamente.

Y claro, la gente juiciosa y de sentido común me dirá que lo deje y me olvide, pero es que en contra de mi carácter resuelto y pronto a la toma de decisiones, tengo la paciencia del santo Job. Vamos, que voy aguantando quejándome para mis adentros de lo malo que es y la moral que tengo que echarle, pero sin dejar el libro de marras. Y es que me pasa como con Los Pilares de la Tierra, que de 500 y pico de páginas me gustaron un tercio, me parecieron pasables la mitad, el resto me aburrieron y las últimas ocho se cargaron toda la novela. No te jode, meterse un tocho así para que te lo revienten al final del todo... Ya podían haber avisado, digo yo.

Pues eso pasa, que por principio moral y dignidad personal no dejo nunca jamás un libro a medias. Como en todo hay excepciones, y una de ellas es Truman Capote. Empecé una de sus fanfarronadas ("después de estar conmigo podía recibir un garañón") y en la página 15 dije "A mí ya me has visto el pelo, amigo". Y hasta hoy. Pero es que con el resto, con los que han caído en mis manos y una parte de la biblioteca de mi honorable Facultad -unos 50 por año, en seis años, más los de texto y aledaños- puedo decir sin miedo a equivocarme que los he leído todos. Todos, y no es moco de pavo. El que dude de mi aguante y capacidad de autodisciplina, que pruebe con Las Tribulaciones del Estudiante Törless, de Robert Musil. Lo que tengo que decir sobre este libro es: 1) No lo leais nunca, ni aunque sea el último del mundo, y 2) Sus muertos todos del tío que lo escribió. Y por eso sigo enfrascada con el libro este de ahora, que es más espeso que el arroz con leche... pero ya voy por la página 196 de 286 y no es cosa de rajarse ahora. Al menos me quedará el consuelo de poder criticarlo, porque para eso lo sufrí ;o)

Qué os voy a decir, esto de jugar a policías americanos que van por los bares enseñando la foto me motiva poco. Y ya le podían haber dado un poco más de profundidad a los personajes, coño, que si llegan a ser más lineales quedan en raso. Salvo el prota, todos van a piñón fijo, y es que hasta en el libro lo dice el autor, que no lo pongo yo en boca de nadie alegremente. Amos, amos. Pero qué bodrio me estoy tragando.

En fin, es el precio que hay que pagar por decir que me he leído todo lo que ha escrito este señor. Tampoco hace falta mucha imaginación para saber de qué hablo, ¿verdad? La Piel del Tambor, de mi estimado Arturo Pérez-Reverte. Y conste que me he leído ya el 80% de su obra, pero con éste pinchamos. Es un coñazo. Mejor ver la serie de Antena 3, aunque se parezca lo que un huevo a una castaña ;oP Dice que basada en sus personajes... y una leche. Pero eso es harina de otro costal.

La vida es maravillosa entre letra impresa, en cualquier caso, y es mucho mejor que aguantar al plasta de turno machacar todo el santo día con el fútbol ;o)))))))

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues... ¿te podrás creer que a mí "La Piel del Tambor" me gustó, y en cambio "La carta esférica", que todo el mundo me ha hablado maravillas de él, me lo tuve que dejar cuando iba por la página 50 porque me parecía intragable?

Tus ánimos desde luego me hacen casi que me pregunte si debería volverlo a coger y darle una segunda oportunidad...

Gesmida dijo...

Pues ya te contaré, porque yo voy por la 75 y de momento me parece que da menos vueltas, no sé, que avanza un poco la historia fuera de ver a la parejita dar paseos a la luz de la luna... Pero esto de los barcos es para quien le guste, qué duda cabe ;o) Para mí el mejor, aunque es durísimo, el El Húsar.