Hoy os propongo un parrafillo de Kenzaburo Oé, del mismo título que el post:
Soñó que hacía una eternidad que no había oído el sonido de la voz materna. Había sido a su esposa a quien su madre había contado lo de su padre. Pero ¿cuándo había oído a su madre hablar de su padre? Imposible de recordar. Según su esposa, su madre sólo evocaba a su marido llamándolo "AQUÉL..." "AQUÉL..."; "The man...". Aquello le hizo recordar un pasaje de un poema de guerra de un poeta inglés en el que "Man" empezaba con mayúsculas. Más que una reminiscencia del pasado, se trataba de una presencia de cada instante. Como algunos cánticos de la secta "Tierra Pura" entonados por su abuela hasta que murió, aquel poema formaba parte de su cuerpo y de su alma, como una plegaria. Aquello se convirtió para él en la súplica de "AQUÉL" en lo más penoso del conflicto en que su padre vio morir, uno tras otro, a sus amigos chinos:"The voice of Man: O, teach us to outgrow our madness." Si esta frase -"Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura"- fuera la de "AQUÉL", llegaba a la conclusión el hombre gordo, entonces "nuestra locura" sería a la vez la suya y la mía.
Pues eso mismo: Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura. Porfa, que se me acaban los recursos ;o)
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