Llevo ya un tiempo queriendo escribir este artículo, y no había manera. Un día por otro lo iba dejando, y cuando al fin entraba se me ocurría otra cosa. Vamos, que estoy dispersa.
Y es que con esto de andar distraído, tirando un poco del hilillo, ha salido una pregunta que me llevan haciendo años. "¿Por qué no escribes tus memorias? Seguro que son un best-seller, porque con las cosas tan raras que te pasan..." Pues por pereza, señores, por eso no he escrito ni mi biografía ni nada que supere las tres páginas. Y de joven todavía tenía cierta motivación pero ahora ya ni interés ni ganas tengo de meterme a contar mi vida, fuera de los fascículos coleccionables que os mando por este blog. Me explico. Para escribir un libro hay que tener constancia, que es evidente que yo no la tengo, además de imaginación para dar vida y mantener cierta impresión de realismo de los personajes, que yo bastante tengo con darme vida a mí misma como protagonista de esta locura que llaman estabilidad. La tan manida seguridad económica -que creo que no llegará nunca-, laboral, familiar... es mucho peor que vivir en la cuerda floja como hacía antes. Esto requiere de una continuidad en la trama, un seguimiento y continua revisión de los acontecimientos para adaptar el carácter del actor y, en definitiva, un esfuerzo tan grande que realmente no me queda tiempo de inventarme a mí misma o a otros elementos para que les pasen cosas.
Y menos mal que yo no miento. Nunca. Es un compromiso personal, porque hace tiempo que llegué a la conclusión de que una persona que no es capaz de afrontar la realidad de los hechos o lo hace por cobardía, o porque prefiere no verlo. Ya que ni una ni otra opción me gustaban para mí, pues me dedico a decir la verdad... y lo peor es que me pasa lo que a Wilt, el personaje de Tom Sharpe: cuando más desnuda expones la verdad de los hechos, sin interpretaciones ni dulcificaciones, menos se lo cree la gente. Piensan que exageras, que te lo inventas o que estás loco. La realidad supera -en mi caso casi siempre- a la ficción.
En resumidas cuentas, que todos mis íntimos han escrito ya un libro, una novela, un cuento, y yo no. Ni lo pienso hacer, bastante tengo con lo que tengo.
La vida es maravillosa en ese mundo paralelo que llamamos "Fantasía" ;o)
09 agosto 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario