Bueno, aquí estoy de nuevo.
Ya conseguí que me cuadraran los números, he presentado mi proyecto y me queda la peor parte: esperar meses enteros con el arco en la mano ,como un guerrero zen, hasta que el objetivo se me ponga a tiro, o lo que es lo mismo, hasta que quede libre uno de los locales que me interesan.
Por otra parte, tengo que deciros que me he solucionado yo misma el tema del insomnio, porque había llegado al punto en que no dormía ni siquiera con las pastillas, de modo que decidí dejar todos los tratamientos y que fuera lo que tuviera que ser (el de las hormonas, el de dormir, el de corticoides...). He pasado unos cuatro o cinco días criminales, pero ya duermo casi con normalidad, y es que el cuerpo sabe más que uno y al final se regula solo. No está nada mal para empezar el año ;o)
Además estoy absolutamente feliz y satisfecha, porque he aclarado un malentendido de hace años, he recuperado una amistad antiquísima y le he dicho a alguien que fue muy importante para mí lo que supuso en mi vida, con gran alivio por mi parte y regocijo por la suya. Siempre está bien arreglar tus cuentas con el mundo, porque nunca sabemos cuando tendremos la siguiente ocasión para hacerlo. O como dice el proverbio árabe, vive cada día como si fuera el último. Nadie sabe cuando llegará su hora, así que me parece un buen consejo e intento seguirlo, aunque sea a trompicones ;o))))
Además ayer tuve ocasión de hacer eso que ya no me gusta, o sea, de ponerme hecha una leona, y aunque está claro que he perdido práctica el objetivo se logró de sobra. Me encanta que la gente reconozca sus errores, porque yo lo hago y pido siempre lo mismo que doy ;oP
Y unas madres del cole me han vuelto a hacer la encuesta de intención procreadora, que parece que sea la única mujer del mundo con una niña sin hermanos >:o((( Digo que me ha venido bien porque me han dado mucho ánimo, que la media ahora de diferencia entre un hijo y el otro por lo visto ya no son dos años sino cinco (mi hija tiene cuatro), y una de ellas tuvo cuatro abortos pero finalmente ha tenido un bebé, tiene 15 meses y está sano y fuerte como un roble. Vamos, que me han conjurado los peores miedos que tenía al respecto en un momento. Qué hermoso es tener amigos, no hay otra cosa tan valiosa en el mundo como conectar con otras personas.
Por cierto, no os lo he contado pero tiene mucha guasa: el otro día una niña de tres años se me sitúa delante, con los brazos en jarras y me dice: "¿Tú eres la mamá de Bárbara?" Le digo que sí y me contesta: "Tú estás embarazada, ¿a que sí?" Y yo: "Pues no". Y ella: "Que sí, que me ha dicho Bárbara que va a tener una hermanita". Y yo "Que no estoy embarazada, de verdad". Y ella: "que sí porque mira, tienes tripa". Y yo: "eso es porque estoy gorda, no porque vaya a tener un bebé". Pues no te creas que se quedó conforme, que me seguía mirando como valorando nuevos indicios. Esta hija mía me pone en cada compromiso...
Lo dicho, que tengo todo bajo control. La vida es maravillosa, sin duda alguna, pero con niños cerca mucho más ;o))))
09 enero 2008
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