13 noviembre 2007

De animales y hombres II


Comentaba hace un rato con una compañera la noticia del periódico más sugestiva para mí: hay que hacer frente a los agresores cuando seamos atacados. Dice que persisten menos de dos minutos cuando te encaras con ellos, y yo he comprobado por mí misma que a veces es menos ;o))

Y es que, decía yo, con los animales el trato es más sencillo. No es que yo me esfuerce en parecer valiente y luego me venga abajo: es que en situaciones de tensión reacciono mal, qué le voy a hacer, soy una temeraria. Verbigracia: a mí ha venido un tío a atracarme con un cutter de palmo y medio, me lo ha puesto en el cuello y yo todavía discutía con él. "¡Dame el dinero, dame lo que tengas!" Y a mí, con 17 añitos que tenía, no se me ocurre otra cosa que contestarle con mi cara de furia: "No tengo nada, pero si lo tuviera tampoco se lo daría a un mierda como tú". Al final me pidió perdón y se fue sin nada. Luego, claro, a la hora y pico, cuando se me pasó el colocón de adrenalina, me entró un tembleque que parecía que tuviera parkinson, pero ya estaba hecho. No es buena idea que me enseñen los dientes.

Y es que yo, al igual que muchos estudiosos de verdad del tema, pienso que el hombre sobrevalora su capacidad de raciocinio. Seguimos siendo animales, para bien o para mal, y la finísima capa de barniz social que nos imprimen desde pequeños en la mayoría de los casos salta en pedacitos a la menor ocasión o se descascarilla al rascar con la uña. En mi caso concreto tengo un don natural para comunicarme con los animales, porque con ellos sabes a qué atenerte. Se ponen en posición de ataque, haces lo mismo, te gruñen, tú gruñes más fuerte y aquí no ha pasado nada. Pero con la gente es otra cosa, no hay tal concentración de bichos traicioneros y venenosos en ninguna parte del planeta como en las grandes ciudades, y las empresas son una ciudad en miniatura.


Como dijo Wilde, cuanto más conozco a las personas, más me gustan los animales ;o)))


En fin, todo esto es para advertiros que estoy muy orgullosa de mi comportamiento no humano, o como se le quiera llamar. Hay gente que se cría en un entorno pacífico e ideal y luego no saben defenderse; hay otros para quienes la agresividad, la lucha eterna y sacar las uñas y/o mostrar los colmillos se convierte en su medio natural, como una servidora. Tengo perfil de cazador, pero lo que me gusta no es cobrar la pieza sino la emoción de la caza en sí. No sé qué animal es el que más se identifica conmigo, porque tampoco creo mucho en esas cosas, pero está claro que me siento más cómoda con los bichos del campo que en los entornos supuestamente sociales.
Hay gente que intenta esquivar los problemas y le sale bien... durante un tiempo. Llega un momento en el que hasta el más pacífico tiene que plantar cara y poner en su sitio a la gente, o te comen por los pies. Y hay que sacar el tigre, o el lobo estepario, o el caracol leonado que uno lleva dentro, o lo que sea que a uno le salga siempre que sea leonado, esto último es muy importante ;o)))
Parece de cuento, pero mi marido de pequeño no tuvo perro, criaron a un lobezno sin madre que encontraron medio muerto en la sierra de Ávila. Más listo y más fiel que un perro, pero también más peligroso porque si se lanza a atacar a otro animal hay pocas probabilidades de que lo deje vivo. Su abuelo, que fue quien lo educó, lo resume muy bien: los lobos son buenísimos... cuando no tienen hambre. Yo sí que tuve perros, de todo tipo. Con dos años me sentaba en el lomo de mi doberman como si fuera un caballo, y el pobre animal jamás me hizo ni un amago. Lástima que se vuelvan locos de adultos, porque eso también se lo tenemos que agradecer al hombre y sus experimentos. Por si no lo sabéis, el problema de esa raza es que su cerebro crece más rápido que su cráneo, de modo que cuando llegan a adultos un buen porcentaje de ellos han de ser "eutanasiado". Pobres, con lo buenos que son. Y de ellos aprendes mucho, sobre todo en el tema de los abusones. El que tienen ahora mis padres es un podenco mexicano y no levanta más de 45 centímetros del suelo, pero se tira al cuello de cualquier perro grandote que vea a la primera de cambio, que lo mira como "¿Y éste pequeño qué hace?". Es un macarra, pero se liga a todas las chicas ;o)
Chicos, os invito a ser más animales. Son más nobles, más listos y hasta más "humanos". ¿Os he dicho ya que a mis padres les han regalado un loro uruguayo que come chorizo? Lo quieren acostumbrar al pienso, pero con 22 años que tiene mala solución le veo... ¡Y viven más o menos como las personas, unos 80 años!
La vida es maravillosa rodeada de otros seres vivos, a ser posible de cuatro patas. Los que tienen alas también valen ;o))))))

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