Bueno, ahora ya sabéis por qué escribo tan poco últimamente: tengo insomnio. Por las noches no duermo, y como me desespero, me pongo a pintar el techo del baño a las dos y media de la madrugada, o a cavilar sobre el mejor modo de eliminar una plaga de langostas en el tercer mundo, lo que aplica más o menos cercanamente a los bichos de mis plantas ;o)
Así las cosas, me duermo cuando amanece y claro, se me pasan los días volando, tú dirás, si me levanto a las mil... Pero está muy bien, esto me está resultando muy positivo, he sacado todas las chapucillas pendientes de la casa (algunas llevaban siete años esperando, mi esposo dice que esos proyectos ya daban pérdidas), me he puesto a tricotar con notable éxito, tengo al día todos los papeleos de la casa, conozco cada mota de polvo que se deposita en cada rincón de la casa, y estoy considerando hacerme notario. También tiene su paradoja, como todo lo de la vida. Resulta que al principio crees que es una soberana marranada lo de no poder dormir a la hora que todo el mundo, pero la verdad es que el tiempo cunde mucho más cuando todo está tan tranquilo, no tienes que andar pensando "no llego a esto" o "me va a faltar tiempo para acabarlo". Sin prisas, poquito a poquito, y acabas hasta la reproducción a escala de la pirámide de Tikal con palillos de dientes. Además te da para mucho, porque, ¿quién tiene a su disposición con esta vida que llevamos siete horas seguidas para dedicar a lo que le dé la gana? Hombre, después de unos días te entra un bajón... Esto está ya muy estudiado: primero te enfadas, mucho; luego te deprimes y lloras porque no puedes permanecer despierto más; duermes "normalmente" un par de días y el ciclo vuelve a empezar.
Decía que al principio te lo tomas como un problema, pero después (a mí me ha costado los últimos siete meses, pero la paciencia es la mayor de las virtudes) le coges el punto. Hacía ya mucho que no meditaba sobre la existencia y el ser, y ésa es una costumbre que no debe perderse. Por ejemplo, comentábamos el otro día en mi familia el caso de una chica que sólo tenía un par de zapatos. Mis padres lo contaban como algo horrible pero yo tengo la certeza de que es liberador, y esto lo sé porque hubo una buena temporada que no tenía ninguna llave. No poseía nada que guardar, y como en el caso de la chica de los zapatos, al principio te sientes raro, como desarraigado, porque todo el mundo tiene al menos unas llaves, pero si lo piensas un poco es un alivio. No eres responsable de la codicia de los demás, ni de la protección de las cosas que tanto te hubiera costado conseguir: una moto, un coche, una casa, una caja de caudales, un apartado postal... Ponle el nombre que quieras, si tiene llave es que te da miedo que alguien más lo use, o que se lo lleven. No tener llaves es no poseer nada de valor, lo que te deja una sensación de pasar flotando sobre la tierra, sin peso, sin nada que te ate al mundo. Hay un anuncio -de un coche, creo- que dice que tú no posees las cosas, sino que ellas te poseen a ti. Coincido plenamente. Cuando te compras algo que no vas a consumir inmediatamente, ya sea un cuadro, un abrigo de zorro, tres pares de zapatos o unos peces de colores, es igual, te obligas a cuidarlo, mantenerlo, velar por ello, protegerlo de las agresiones o lo que se le pueda parecer... Te conviertes en el mejor vigilante profesional que existe, y pierdes mucho de ti y de tus esfuerzos en cuidar de algo externo, ajeno, y que por añadidura probablemente no sea tan importante. Muchos escalones más allá en esto del poseer/ser poseído es la relación con los seres superiores, y no hablo necesariamente de una pareja, una familia, un hijo, que por otra parte son (o deberían ser) los mejores ejemplos de que se hace por los demás lo que nunca haríamos por nosotros mismos. Hablo de tener un pájaro en casa, por ejemplo. No es como los peces, que pasan de ti totalmente. Te reconoce, sabe a qué horas le das de comer, a veces hasta juega contigo cuando le limpias la jaula. Y un gato, un perro, un hámster, etc, son más de lo mismo. Te impones una responsabilidad que te aleja de la que tienes contigo mismo, y no me malinterpretes, me encantan los animales, pero muchos de nosotros compramos una mascota... piensa en un motivo: exacto, para no sentirnos solos. Al cuidar de algo externo te olvidas un poco de ti mismo, y las cosas que parecen elementales para el perro no sé cómo pero nadie se las plantea para sí, como mantenerlo sano haciendo que corra por el parque, que no se ponga triste, jugar a menudo con él, darle cariño, cuidar de su dieta, buscarle amigos y con suerte pareja... ¿De verdad nos tomamos tantas molestias por nuestra persona como con un animal de compañía? Y no hablo de vivir con otra persona, o de un hijo, porque estos ejemplos se multiplican cor un millón. O que vengan a mí a decirme que si el médico te receta un jarabe que te tienes que tomar cada tres horas te pones el despertador y te levantas, pero ah, que le pase a tu hijo. Cada dos horas y media estás de pie como un reloj, le preparas todo mucho antes de despertarle para causar la menor molestia posible y después te aseguras de que vuelva a dormir tranquilo. Lo que hacemos por otros nos engrandece, pero no hay que olvidar mantener y cuidar un poquito de terreno personal.
Y aquí es donde verdaderamente quería llegar, a que todas las cosas que he hecho estas noches son para mi familia, sí, pero también y primero por mí. Para mantenerme ocupada, sí, y por obtener un beneficio que redunde a todos, también, pero lo primero, por higiene mental, para recuperar los pasatiempos que me gustan y aprender cosas que no sabía hacer, o mejorar las que no acababa de resolver con desenvoltura. Como rezaba la inscripción del templo de Delfos, "conócete a ti mismo". Dedicarse tiempo personal es mejorar el que le das a los demás.
Hay que crecer, amigos, hay que evolucionar, hay que desprenderse de todas las cáscaras inservibles que nos comprimen, y a veces para eso hay que pasar unos meses de noches en vela. Yo sigo diciendo que la vida es maravillosa, pero si esto sigue así, por favor, amigos noctámbulos que me leéis, a ver si quedamos para echar una partida de mus o algo, que ya no sé qué más inventar ;o))))
Felices sueños a todos.
02 junio 2007
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