Hola de nuevo a todos, qué bonito que llegue de repente la época estival, aunque estemos en primavera. Mis amigos de fuera de Madrid se quejan de los catarros, pero es que nuestra preciosa y contaminada ciudad es así, en un plazo de siete días las temperaturas varían 10 o incluso 15 grados. Los naturales del lugar ya estamos aclimatados, pero claro, pobres los que vienen de vacaciones o llevan poco aquí y se encuentran con la papeleta. Conocía yo a un alemán que decía que él esquiaba en las montañas de su tierra y que paseaba sin abrigo a las siete de la mañana y que nunca en su vida había cogido un catarro... hasta que llegó a Madrid, jejeje. Pobre, mira que no avisarle... Y un holandés -errante- que se cagaba del frío cuando llegaba el otoño, y yo que no lo entendía, oye. Teníamos unas conversaciones... así como "pero vamos a ver, ¿tú no eres del norte, que se supone que hace bastante más frío que aquí?", y él, "pero este frío es distinto, se mete en los huesos". Como si el frío húmedo fuera más saludable que el seco. Pero como siempre, me desvío del tema.
Quería decir que hoy estoy feliz, porque he solicitado unos pocos de cursos por ver si le doy más emoción a mi vida, y mira tú, que sí se la voy a dar porque me los han concedido TODOS A LA VEZ. Eran 6. Creo que de momento me voy a poner con dos, otro se lo regalo a mi marido, y otro a ver si dejo de dormir un par de semanas y lo puedo ir haciendo de noche... ¿No os interesa un curso de Gestión del Tiempo? A priori puede parecer que es el que más necesito, pero ya lo tengo todo organizado, de modo que me lo sé, ya no me hace falta ;oP
Qué bonitos los cursos. Si me sirvieran para promocionar... Porque se supone que que los pedimos para desarrollarnos como personas profesionales que somos, pero no nos engañemos, yo los quiero para promocionar. Yo quiero ejercer de lo que estudié y nunca he podido trabajar, como tantos otros licenciados que están de administrativos, camareros, dependientes... Hay que ver qué país, con esta epidemia que dura ya años de titulitis aguda mira lo que se ha organizado. Tenemos el país con mayor tasa de titulados de Europa, y yo casi diría que de medio mundo, porque de los de mi generación, más del 60% estudiaron carreras "Para ser alguien en la vida". Luego la acabas y te comes el papelito del título aliñado con sal y pimienta, porque para otra cosa no sirve. Y qué decepción se llevan tus padres cuando les dices que vas a trabajar en una cadena de comida rápida... o de frutera en el supermercado de la esquina, porque te quieres ir de vacaciones con tus amigos, claro, y con 20 años ya no es para pedirles a tus papis el dinero. Y esas caras de reprobación y oprobio cuando se cruzan contigo los amigos de la famila, no te digo ya la de los enemigos. Hombre, yo juego con la ventaja de haber hecho siempre de mi capa un sayo, pero ahí tenías a mamá diciendo: "Pero hija, ¿es que no hay nada de lo tuyo?" Pues no, no hay nada de lo mío. He llegado a adulta y sigue sin haberlo, mis compañeros de promoción cuentan experiencias diversas -unos han tenido suerte y otros trabajan de lo que sea, como yo- en función del grado de entusiasmo que conserven, pero todo esto no puede llegar a un buen fin.
Aún me sorprendo cuando en Navidad vienen a venderme papeletas de la rifa de no sé qué asociación del barrio y me preguntan "¿Está la señora de la casa?". Siempre le respondo lo mismo, ya debería conocerme, "Yo soy la señora de la casa", pero no me creen. Compré mi casa con 24 años, pero es que yo ya estaba harta de trabajar. En lo que salía, claro. Ahora tengo 30 y el vendedor todavía no se lo cree. Supongo que eso es un halago.
Y yo me planteo de vez en cuando: para qué habré empleado 7 años de mi vida estudiando -y pagando- una carrera que no vale para nada. Y claro, la consecución lógica: y cuándo se dará cuenta el Ministerio de Educación de que hay que implantar la visión estratégica de mercado libre también en este campo, que si sólo en Madrid 1500 personas acaban los mismos estudios y el mercado sólo puede absorber a 500 en toda España, el país tiene un problema. Y como país no entiendo el Gobierno, ni los políticos. Entiendo que los pobres recién titulados lo tienen, que sus familias lo tienen, que sus parejas lo tienen, que los promotores de viviendas que no podrán comprar lo tienen, que los bancos a los que pedirán un crédito que pagarán con muchísima dificultad lo tienen... y así el resto. Vaya, que lo tenemos todos. ¿Ningún lumbreras de los que gobiernan desde hace 25 años se ha parado a pensar en esto? Porque hablan de ofrecer becas, prácticas en empresas... pero ¿para cuántos de todos ellos? Sinceramente lo digo, yo prefería que al ir a matricularme me dijeran: "Lo siento, sólo habrá trabajo para 600 cada año, y tú haces el número 750. Ven el año que viene".
Ahora, eso sí, siempre te quedan los cursos, benditos ellos, o los master -que yo prefiero decir maestría, como dice la RAE. Y más desembolso. Y más competitividad. Y más "yo primero".
Concluyo ya: la vida siempre será maravillosa.
17 mayo 2006
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1 comentario:
La carrera/formación sólo te organiza la cabeza como si fuera la fabricación de la cabina de un camión. Luego la vida te proporciona diferentes trailers y cargas que arrastrar. Unos están mejor preparados, otros peor, pero siempre se dan combinaciones cabina-trailer curiosas, y no siempre la obvia es la mejor.
Como tú dices, lo importante es ser feliz con el trailer que elijas (o te dejen) llevar, y ya sea en el trabajo o en tus horas libres.
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