14 diciembre 2010

Un clásico

Holaaaa  :o)))   Feliz Navidad a todos!!!

Los que me siguen hace tiempo ya lo saben, y cada año por estas fechas me pasa más o menos lo mismo, pero como tengo memoria de pez y no escarmiento, esto ya se ha convertido en un clásico. Qué bonito tener nuestras propias tradiciones  :o)))

Os explico. Como todos los años, yo me meto en internet y busco la web de mi jamonería de toda la vida, les encargo las cosas para las Fiestas y me quedo esperando con ilusión a que me lo manden. El caso es que por más señas e indicaciones que doy, todos los años me veo esperando al mensajero, que no llega en el día previsto, y yo a localizar los datos para reclamarlo, con el aliciente añadido de que intentan entregarlo en otro portal (el mío está duplicado) y cualquier día me veo con el jamón pagado y sin catarlo porque se lo han dado al vecino.  Bueno, pues hoy me llaman de la mensajería para decirme que lo han intentado entregar pero que nunca estamos en casa (?). Y como todos los años, le he explicado el rollo del posible error de reparto por el número de la calle; impaciente y nerviosa por si se lo dan al del otro portal, llamo de nuevo para asegurarme de que lo van a traer hoy, y me dice un telefonista que ni de coña, y que mi jamón está en Vallecas (??), que si quiero todo lo más mañana me lo traen a Alcobendas y yo voy a recogerlo . Claro, antes de que se lo quede el aprovechado del vecino voy a por él y lo que haga falta, pienso yo, porque me fío menos de ellos que de uno que regala billetes. El caso es que este hombre jura y perjura que no, que hoy no me lo traen, así que yo, como estoy en la intimidad de mi hogar, me quito el pantalón y las botas, recojo un poco la ropa, y me voy a la cocina con todo el hato para meterlo en la lavadora. A los treinta segundos exactos de haberme quitado la camiseta -y por tanto, de quedarme en paños menores- llaman al timbre.

-¿Quién es?, digo yo

-Soy de la mensajería, vengo a traerle un paquete.

Se hace un silencio en el que yo maldigo en arameo por haber picado, me pongo la camiseta que tenía todavía en la mano y le abro. Mi hija, que es muy expeditiva, abre la puerta de la calle y recoge el bulto pero como estoy en la cocina y tengo que pasar por delante de la puerta de la calle, le pido que la cierre para que el hombre no me vea en bragas. Pues mi niña dice que lo ha hecho pero no, y allí voy yo por delante del señor a medio vestir, como todos los años. Menos mal que el repartidor no es siempre el mismo  :o////

Le explico al hombre las circunstancias que me llevan a abrirle la puerta en semejantes condiciones y me dice que me han dicho una mentira bien gorda. Lo sabía, digo yo para mis adentros, firmo y le despido.

Cuando le voy a preguntar a mi hija por qué coño no ha entornado la puerta, ¿sabéis qué respuesta me da? "Mamá, es que no le iba a cerrar en las narices, que queda fatal". Claro, es mejor que me conozcan en ropa interior por toda España, no te jode...

Lo dicho, un clásico que hace que me enamore de la vida y del amor. Al menos ya tengo la mercancía en casa  :oPPP

1 comentario:

Kellan Farrelly dijo...

Hombre, lo de abrir en bragas estaría bien si siempre fuera el mismo mensajero y te viera con bragas distintas... así podría transmitirle a la humanidad que tu eres muy limpita y te cambias todos los días. De esa forma -la tuya- no mola, porque no queda constancia.... jajajajajaja.
Besos.