04 octubre 2010

Hoy sí, mira

Hola chicos,

un poco abandonados os tengo, pero ya sabéis cómo va esto... Tengo un trabajo nuevo - mi amiga Ana dice que soy la Willy Fogg de los trabajos- y una niña que acaba de cumplir siete años, así que ando atareada otra vez.

Mi chiquilla bien, gracias. Mide casi 1,40 cm, es un solete y como es la única que tengo, la celebración de su cumple dura como la de los reyes, casi un mes. A ver, echamos las cuentas juntos: un día (fin de semana siempre, por descontado) con mis padres, otro con mis suegros, otro con los padrinos y amigos, que siempre nos falla alguno y hay que quedar otro día, otro con sus amigos del cole... Y este año, para desbloquear las negociaciones del sitio elegido para pasar las vacaciones de verano, nos comprometimos a regalarle un fin de semana en familia donde ella quisiera, que ha sido en Menorca. Lo hemos pasado muy bien, a pesar del frío y de la lluvia que hemos tenido, y hemos llegado a la conclusión de que habrá que volver con más tiempo, pero estamos profundamente satisfechos del regalo.

El trabajo, también bien, gracias. Es un sitio nuevo, llevo una semana, y parece que haya trabajado allí toda la vida de la cantidad de cosas que me dan. Estoy contenta por varias razones. Una, porque encontré trabajo en media hora (las ETTs a mí me funcionan bien), y otra, porque es más cómodo y más interesante que el último. Además puedo venir a comer a casa y hasta me dará tiempo a estudiar a diario cuando me organice -que se supone que iba a ser hoy. Tampoco pagan mal, y visto lo visto, yo tengo ya confianza absoluta en la Divina Providencia. Que me echen lo que quieran, que yo fluyo con el Universo ;o))))

Lo único malo es que salgo otra vez bastante tarde. Me pongo hacia las siete y media en casa, momento de cena de la pequeña, por lo cual casi no le veo el pelo, pero Dios proveerá. Por lo visto hay opciones de cambio de horario algo más adelante en mi puesto, y ojalá así sea para poder llegar una hora antes a casa, que se nota y mucho.

Además he eliminado de una p*** vez (¿habéis visto qué fina me he vuelto? ;oP) el maldito virus de la doble tilde,que me tenía a mal traer ya no por el riesgo y lo maligno que es, sino porque yo soy maniática de ls tildes y no puedo dejar pasar una palabra que la lleve sin ponérsela. Me gustan tanto que a veces hasta las pongo donde no las hay ;oP Y esto lo he hecho yo solita, con mis manos y mis recursos, sin ayuda del experto, que en este caso es mi Santo varón.

Espero que pronto me acomode, pueda montarme mi rutina, empezar de nuevo a estudiar (que entre una cosa y otra lleva 5 meses parado el tema) y de paso, puestos a pedir, me pongo a dieta y bajo un poco de peso, que me estoy poniendo como una frisona con esto de la inactividad. A veces hasta pienso que debería hacer lo que todo el mundo y quitarme el estómago -que todo el mundo sabe que no da más que problemas- para volver a ser lo que era, pero me da no sé qué. Como dice Ana, igual lo necesito más adelante ;o) En serio tengo que buscar la manera, porque esto no es normal. La puñeta ésta del Síndrome del Ovario Poliquístico me tiene hasta los mismos. Sin comerlo ni beberlo, una talla más cada año. Grrrrrrrrrrrrrrr. Y la píldora, que es el único remedio, me sienta como un tiro, así que tendré que volverme ascética y sencillamente, dejar de comer como el gurú ése que lleva no sé cuántos años en ayuno y sólo bebe agua una vez al mes. Vaya tela.

Lo que pasa es que yo creo que a él no le da miedo morirse, y por eso está tan feliz, mientras que el resto tenemos instinto de supervivencia y si tienes hambre, o te pones de un humor de perros o te caes dormido por cualquier lado. De hecho, yo tenía una vecina - ya le ha castigado Dios, no os preocupéis- que me decía "raquítica". Yo era menudita y fibrosa, y nunca estaba enferma. Casi no comía y mi talla estaba 2 años por debajo de la normal, dormía 3 horas más que otros niños y listo. Luego se me pasó lo de la inapetencia, y como toda la vida me han dicho que me iba a morir por no comer bastante, al final he asociado delgadez y enfermedad, cuando realmente es más bien lo contrario. Es más fácil tener achaques por estar demasiado redondo que demasiado plano, así que tendré que volver a las viejas costumbres. A ver cómo me lo monto ;o)

En fin, chicos, que la vida es maravillosa, y que regalo unos 30 kilos para quien los quiera ;o)))

No hay comentarios: