22 abril 2008

Qué bonito es el amor...

...y qué bonitas las flores :o)) Hoy, como no tengo bastantes sparrings propios, me he estado peleando con la compañía de la luz en nombre de mi padre. Hay que joderse ;o)

Tengo que decir que ya tengo mi nuevo pc operativo, que le he instalado yo mismita con estas manos todas las cosas que necesita -y seguramente alguna que no- y estoy muy satisfecha de mi persona. Quiero decir más aún que habitualmente ;oP

De esto hablaba yo el otro día con una chica de recursos inhumanos de la Vomistar que me llamó para no sé qué flautas del certificado de retenciones, que lo han hecho mal y descuadra 3.000 euros (¿por qué no me sorprende ya nada de lo que me cuenten?) del que debo presentar, y que no le haga caso que me mandan uno nuevo. Hasta se ofreció la mujer a traérmelo acasa y todo, más maja... Es que somos vecinas, y hemos entablado una relación que parece sobrevivir, o por lo menos hasta la fecha se mantiene, al traumático divorcio que todos habéis leído. Pues no tenía idea la pobre de por qué me fui y se quedó escandalizada de que hubiera tanto incompetente suelto, para empezar, y que además permitieran el tipo de ofensas personales y vulneración del derecho al honor, la intimidad y la propia imagen que merece toda persona, y que avala la Constitución. Con la que mis queridos ex-compañeros, jefes y directivos se han limpiado el culo, por cierto. Pues eso, que estaba in albis, le conté un poco y se quedó cavilando. Como que le extrañaba que estas cosas pasaran en su empresa, pero tardó minuto y medio en decir que bueno, por allí por su sector también había cada cual... Vamos, que es moneda corriente y aquella escoria humana se cree que para que el empleado trabaje mejor, hay que fomentar que se le miente a la madre lo más posible. Eso sí, sin afirmarlo públicamente. Hay que ver qué fisnos.

Ya me he ido del tema. Ah, sí, decía que de esto de la autoestima hablé yo con esta mujer. De que un enlace sindical -olvidemos su nombre por piedad- me dijo que tenía problemas de autoestima, y por eso me molestaba que me sometieran a acoso laboral. Jejejeje, y los demás se mean de risa cuando les toca, seguro. Pues comentábamos, y ella que me conoce me dio la razón, que yo precisamente adolezco de la patología contraria, si es que existe. Tengo exceso de autoestima.

Supongo que haberla, la habrá, porque tan malo es quedarse corto como pasarse. Yo desde luego que no tengo noticia de otro caso como el mío, dejando fuera a los Bush (padre e hijo), pero seguro que esto ya lo han estudiado :o)))) En mi caso, como tuve una infancia difícil y eso, y además de adolescente era ya muy tetona y me ligaba todo lo que quería y un poco más, y para rematar llevo trabajando con gran reconocimiento de mi labor desde hace doce años, pues eso pasa. Que ya no me queda nada que demostrar, ni a los demás ni a mí misma. He podido con todo lo que me han echado, y además salgo airosa. ¿Cómo no voy a tener un ego desmedido?

Oye, cada cual lleva lo suyo, y en el castigo tengo la penitencia (o algo así dice mi madre). Quiero decir que bastante tengo con andar siempre lidiando con gente torpe, envidiosa, incapaz, sin voluntad alguna, sin metas ni afán de superación... ¿Sigo? Ahora mismo parece que me lo tengo creído a más no poder, pero párate un momento a pensar cuánta de la gente que conoces escapa a este perfil. Tic, tac.

Los minutos pasan y te cuesta, ¿a que sí? Esto demuestra mi teoría: la mayoría de la gente es morralla, y están en el mundo porque tiene que haber de todo. A los que no entran en esta categoría los hago mis amigos ipso facto. Ahora se comprende por qué tengo tan pocos ;o)))))

Y es que yo soy rara, pero cabal. Hace mucho llegué a una conclusión: un amigo es alguien por quien, por encima de todo, sientes admiración. Si no, es otra cosa. Un colega para salir de copas, o para montar una fiesta flamenca, o para preguntarle la hora, pero no un amigo. Y además, yo no pido favores. Los hago con mucho gusto, pero pedirlos no, que luego hay que devolverlos y yo no quiero cuentas pendientes. Seguramente me lo pondrán en mi epitafio, si es que todavía se estila para cuando la diñe: "Aquí yace una pardilla que no le debió nada a nadie". Es mi sino, qué le vamos a hacer.

Sea como fuere, mi autoestima (que abulta lo que un camión Pegaso ) y yo nos vamos a papear, que ya toca ;o))))))

Por cierto, he solicitado mi baja definitiva en Azules. Lo digo para el que aún no se haya enterado ;o)

La vida es maravillosa. La mía por lo menos ;oP

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es que tener amigos así, te abren la mente y traen otras metas a tu vida. Por ejemplo, el tipo hizo un viaje; o se metió a catador de vinos, o aprendió a bailar salsa.

Sin ir más lejos, yo mismo estoy expectante por ese paseo aéreo! :-)

Gesmida dijo...

Gracias por lo que me toca :o) Oye, ¿por qué alguien a quien no conozco se dedica a tirarte dardos a través de mi blog? ¿Ein?

Anónimo dijo...

Es verdad! Y los dardos se los tira a ambos.
Será alguien para quien la vida no es maravillosa...